-“¡Su profesión!”- dijo el agente de
policía.
Y yo me quedé helada, sin embargo mi mente comenzó a trabajar…
Y yo me quedé helada, sin embargo mi mente comenzó a trabajar…
Pensé:
Si digo lectora. Puedo afirmar casi con seguridad que se
echará a reír el serio agente de policía.
Si digo escritora. El hombre me
mirará raro, quizás me pregunte cuantos libros he publicado y hasta me
felicite.
-“Ama de casa”- le respondí y me entregó
presuroso el certificado de supervivencia.
Autora: Adriana Comán
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