miércoles, 23 de mayo de 2012


“EL CLAMOR NO ESCUCHADO”

Madre mía, mi dueña, mi protectora
no lo permitas, no me mates
soy inocente, soy muy pequeñito
como un granito de arena pero
tengo vida.

Es inocente mi madre, la vejada, sin embargo
es aún más inocente quien respira adentro.

Madre, acaso no te das cuenta
¿qué matas a un Beethoven?
¿qué extingues a  un Borges?
¿qué mutilas a un Dalí?

No se lava la injusticia con otra injusticia,
todos queremos obsequiar  una solución
evadiendo nuevas responsabilidades
con pseudo salidas.

Legalizar el  aborto equivale a
legalizar el genocidio de quienes
no podemos defendernos puesto que
nuestro clamor nunca  será escuchado.

Madre, luego tú, serás la responsable única
de esto: ¡TÚ CRIMEN!
Madre, ¿te has puesto a pensar que
es una gran excusa para obtener
la sonrisa de una parte?  y
¿de que quién te brinda la llave
te dispensa el cerrojo?

Madre mía, mi dueña, mi protectora
no lo permitas, no me mates
soy inocente, soy muy pequeñito
como un granito de arena pero
TENGO VIDA.

                              Autora: Adriana Comán

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