“EL MENSAJE DEL VIENTO”
Ignacio disfruta de una fiesta
londinense; qué fino y delicado lugar, piensa. Qué lejos quedó el calendario
que indicaba la brújula.
Toca con sus manos de hombre seguro,
doctorado, culto e intelectual los objetos de la sala. La vasija rupestre le
causa intriga , la acaricia, decide
penetrar en ella con su vista. Quizás la fiesta, el vino o la música de quena
que anuncia el mensaje del viento, no lo sé, no lo sabe, pero los cuerpos de
estas magníficas mujeres danzan el ritual del amor, ¿Con quién se quedarán? El
sonido las arrastrará hasta su hombre, ellas enlazarán sus piernas sometiéndose
ante el poder sexual masculino, su líder. Ignacio siente asimilar el dolor de
la pasión en sus manos, corre sangre en diminutas gotitas, levanta la mirada,
deja el objeto, una mujer lo ha elegido.
Ella se quita la máscara, le toma las
manos, corre su vestido de fuego, alza su fina pierna y le dice :
-¡ Qué buen
dejavú!-
Adriana Comán |
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